Me queda claro que a Sam Lake, creador de Control, Quantum Break y Alan Wake, le gustan los fantasmas y las situaciones paranormales. También le gusta explorar instituciones de gobierno, y el trabajo de investigadores, ya sea profesionales o no. Vamos, que le gustan los misterios. Esto es muy evidente en el último videojuego de Remedy.

En Control, sigues a una chica llamada Jesse Faden que por razones llega a un edificio en el que se encuentra la Oficina Federal de Control (FCB), una institución gubernamental que se encarga de investigar sucesos paranormales. Así en los pasillos encontrarás objetos que se mueven solos, ecos de personas muertas, murmullos, visiones extrañas, paredes que aparecen y desaparecen, conexiones al plano astral y más. Me recuerda a un episodio de los Expedientes X y eso es un cumplido.

Es como si Mulder finalmente hubiera encontrado el edificio oculto de esa parte del gobierno que tiene contacto con los extraterrestres.

Bueno, Jesse está ahí para buscar a su hermano, quien fue secuestrado por la FCB cuando ellos eran niños; después de que encontraron un artefacto que se conecta al plano astral y a una entidad de nombre Polaris.

El FCB puede ser muy creepy

Polaris… bueno, no queda muy claro qué sea. Bien puede ser un fantasma que le da poderes mágicos a Jesse (como telekinesis, posesión y volar) o quizá es el mismo jugador.

A lo largo del juego Jesse habla con Polaris en primera persona. Tu escuchas sus diálogos, pero nadie más lo hace (y de hecho resulta en diálogos muy divertidos). Así, parece que tiene un monólogo contigo (el jugador).

En muchos momentos, ella ,como personaje, se detiene a preguntarse qué es Polaris y por qué adquiere estos poderes y te hace preguntarte… ¿tú eres Polaris? Porque al final tú eres quien está guiando a Jesse en el juego y quien “activa” sus poderes al jugarlo. Sin ti, como jugador, Jesse no completaría su aventura, y sin Polaris, tampoco lo haría.

De hecho, hasta su mismo nombre implica una guía. Alguien que le dice a Jesse por donde ir.

Al final, quizá sólo es una historia de fantasmas y hechos paranormales, o quizá los escritores del juego, querían que reflexionáramos sobre nuestro papel como jugadores. Cualquiera que fuera el caso, funciona.

Hablemos del gameplay

Más allá de eso, el gameplay es muy bueno. Me recuerda un tanto a Quantum Break, pero sin las molestas escenas live action. Aquí tienes que investigar, encontrar documentos, hablar con personas, todo para descubrir los misterios de la FCB y encontrar a tu hermano.

También tiene secuencias largas de combate que pueden llegar a ser muy complicadas. Lo bueno es que tienes muchos podercitos mágicos qué desbloquear y hasta un árbol de habilidades para mejorarlos. Así, al principio tu telekinesis sólo funcionará con algunos objetos y después podrás lanzar hasta los cuerpos de tus enemigos.

Ah, porque se me olvidaba, además del misterio, hay un big bad al que derrotar. Le llaman The Hiss y es básicamente una entidad paranormal malvada.

También hay que resolver algunos puzzles

El combate fluye muy bien

En cuanto a combate, hay grandes momentos como una secuencia increíblemente memorable en el que viajas por un laberinto con paredes que se mueven o crecen, se abren y cierran (un poco como esa escena del último episodio de Demon Slayer), con una pista de rock intenso, y matas gente con todos tus poderes mágicos. De lo mejor que he jugado este año.

Me gusta mucho cómo usa el color, y los lugares extraños de la FCB.

Sin embargo, sus problemas de rendimiento deben ser mencionados

Ahora bien, me gustaría poder recomendarles Control sin más, pero tengo que hablar de sus problemas de rendimiento. Jugué el título en Xbox One y la verdad es que el framerate es demasiado variable, y tiene algunos bugs que me hicieron gritarle de coraje a la pantalla y otros en donde el juego simplemente se cerró. De hecho, algunas de las secuencias de combate sólo se hacían difíciles gracias a que el lentísimo framerate no me dejaba apuntar a los enemigos. Horrible.

En fin, espero que salga un parche pronto, porque es un título francamente muy divertido, con buenos diálogos y una historia extraña, pero disfrutable.