Por: Ale Morando / @AleMorando 

Me gusta asustarme.

Por extraño que parezca y desde que tengo uso de razón, las historias de fantasmas, casas embrujadas, vampiros y apariciones capturaron mi imaginación. Aprendí a leer y me hice fan de autores como Edgar Allan Poe, H.P. Lovecraft y por supuesto, Stephen King.  Pero mi afición por las historias aterradoras no sólo se quedó ahí, ya que se extendió a películas, series, cómics y, claro, videojuegos.

A oscuras es mejor 

Alan Wake llegó a mis manos como un regalo de cumpleaños en diciembre de 2012. Mi familia conoce bien mi afición por los títulos de survival horror y “sustos” (en palabras de mi mamá). Así que mi mamá decidió que sería una genial idea obsequiarme el juego y dieron en el clavo.  Esa misma noche –con todo y audífonos y las luces de mi cuarto apagadas– comencé uno de mis videojuegos favoritos de todos los tiempos.

En Alan Wake los jugadores dan vida al personaje que le da nombre al juego. Se trata un autor de novelas de misterio (inspirado fuertemente en el tío Stephen King, ¡yaay!) que investiga la extraña desaparición de su esposa Alice en el idílico pueblo de Bright Falls.  El lugar esconde entre sus rincones una presencia oscura que perseguirá a Wake y sus aliados. ya sea poseyendo a los lugareños para convertirlos en violentos seres sedientos de sangre (conocidos como “Taken”) o haciendo que objetos aparentemente inofensivos cobren vida para atacarte.

Tu única defensa es la luz de una linterna de baterías, bengalas y armas de fuego que, como en cualquier survival horror que se dé a respetar, tienen municiones muy limitadas. Conforme exploras, encuentras fragmentos de una novela escrita por Alan, cuyas frases y palabras ayudarán a desentrañar el misterio. En Bright Falls nada es lo que aparenta.

El juego me capturó desde su secuencia inicial. Eran casi las 7 de la mañana y yo todavía seguía jugando… Recuerdo que en más de una ocasión tuve que ahogar uno que otro grito para no despertar a mi hermano y mi mamá. Como cuando se te acaban las baterías de la linterna y estás rodeado de enemigos o ese microinfarto y golpe de adrenalina cuando resuelves un puzzle que te lleva más cerca del jefe final.

Además de un guión emocionante, grandes actuaciones de voz y una ambientación que parece salida del mundo de mis peores pesadillas, Alan Wake me conquistó también por su música. Tiene una banda sonora que a la fecha, es de mis consentidas en Spotify. Compuesto por Petri Alanko, el soundtrack captura perfectamente las emociones que los personajes y usuarios experimentamos mientras jugamos.

El miedo que todos tenemos

Alan Wake funciona como título de terror porque apela a uno de los miedos más arraigados y antiguos de la humanidad: el miedo a la oscuridad. El temor a lo que se esconde entre las sombras, a lo desconocido. Me atrevo a decir que nos enfrenta a la oscuridad que se encuentra en todos nosotros y que se ve reflejada en el descenso a la locura de su personaje principal. Especialmente en las secuencias del Hospital Psiquiátrico de Cauldron Lake o los tétricos bosques de los alrededores de Bright Falls.

Hasta el mismo tío Steve (Stephen King) comentó que Alan Wake es tan bueno que lamenta que no sea uno de sus libros. Como buena fan del Maestro del Terror, coincido en que es una obra maestra del género y un must para todos los fans del survival horror.

La atmósfera del juego está tan bien lograda que poco a poco te va poniendo los nervios de punta. Ya sea que atravieses el campo en la granja de los Anderson linterna en mano o camines por el bosque cerca de Bright Falls, el lúgubre ambiente, combinado con el constante sentimiento de peligro de ser alcanzado por los “Taken” o devorado por la oscuridad, lo convierten en uno  de los mejores thrillers psicológicos del mundo de los videojuegos y en una experiencia que va más allá de la consola.   

Así que si les gustan los videojuegos de terror, les recomiendo jugar Alan Wake por lo menos una vez. Puntos extra si lo hacen con audífonos y las luces apagadas como yo. Sí, en más de una ocasión me han dicho que estoy loca por jugar títulos del género así. Créanme que es la mejor forma de disfrutarlos ya que se convierten en una experiencia mucho más inmersiva, con un toque de emoción que sólo se compara a subir a una montaña rusa hasta adelante y por la noche.

Ale Morando es gamer de medio tiempo y fan de Star Wars de tiempo completo. Apasionada de la lectura, videojuegos, música, cine y cultura pop en general. Ha colaborado en Rolling Stone México como editora web y en Cine Premiere como reportera.

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