Windbound es muchas cosas. Es hermoso, algo adictivo, con una misteriosa historia, y también, un desastre y un insulto.

Es un juego de supervivencia en el que juegas como una chava que despierta misteriosamente en un océano iluminado por una luz que crea un portal. Al cruzar el portal, estás en un archipiélago con pocos recursos: pasto, piedras, palos, uno que otro jabalí.

Deberás aprender a sobrevivir con los recursos que tienes, y poco a poco crear tus pocas herramientas. Una lanza, un hacha, un martillo y cosas similares. Pero además de todo eso, deberás hacer tu bote para poder cruzar a otras islas.

Al inicio tu bote es muy sencillo, hecho únicamente de hierba. Pero poco a poco lo vas mejorando, hasta que puede ser todo un velero de distintos materiales, grande y bien equipado.

Hasta que te mueres.

Cuando te mueres lo pierdes todo excepto lo que tienes en los bolsillos, y lo que se conoce como la bendición de los dioses: una clase de energía del océano que te da algunas cosas mágicas extra.

No sólo lo pierdes todo, si no que debes regresar al principio. Desde el mero primer capítulo, armada solamente con lo poco quedó en tus bolsillos y tu nuevo adquirido conocimiento. Es un juego de superviviencia, después de todo, y este es el loop esperado.

Aunque qué horror morirse y perderlo todo. Qué horror.

Pero lo puedo sobrellevar, ¿sabes? Después de todo morirme en un juego de superviviencia es mi culpa. Algo hice mal.

¿Saben qué no puedo sobrellevar? Que el juego se crasheé y POR ESO PIERDA MI PROGRESO.

Esto es algo que me pasó no una, sino tres veces o cuatro. Perdí la cuenta. Casi seguidas, y en archivos de guardado distintos. Perder tu progreso, después de todo lo que has batallado, y después de que has tenido que hacerlo varias veces porque ya te moriste, es IMPERDONABLE.

Entonces aunque tengo otras cosas buenas que decir del juego, desde ahora les digo que no lo compren. Definitivamente no en Nintendo Switch.

Windbound hermoso cuando funciona

Una de las cosas que más me gustaron del juego, y la razón por la que seguí intentando a pesar de mi inmensa frustración y enojo, es que navegar es muy bello y muy emocionante.

Cuando vas en tu barquito, con el viento detrás tuyo, y esa música de piano tocando en tus oídos, te da una sensación increíble de serenidad y aventura. Es un sentimiento bellísimo, que pocos juegos logran crear – Wind Waker siendo uno de ellos. El oleaje es muy realista, los colores del atardecer siempre bellos, y el diseño de sonido te transporta perfectamente al océano. Casi puedes oler la sal.

Es hermoso. Y nunca más lo voy a jugar.

Más allá de esto, no les puedo decir mucho. Porque no llegué al final, y nunca lo voy a hacer. Sospecho que eventualmente lo encontraría repetitivo, y demasiado cruel (que tengas que volver al mero principio sin posibilidad de acelerar el progreso es terrible). Pero ahora nunca lo sabremos.

Mi esperanza es que algún día lo parchen, y algún día logre ver el final y vivir más allá del cuarto capítulo. Pero lo dudo. Y para ustedes mi recomendación es: no lo compren. No quieren sufrir como yo he sufrido.

Si realmente quieres, aunque no te conviene, puedes adquirir Windbound en Nintendo Switch, PS4, Xbox One o en PC desde ya.

Como podrán notar, este juego se reseñó en Nintendo Switch. Gracias Deep Silver por la copia de reseña.

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